jueves, 6 de junio de 2013

TOM SHARPE, UNA ÚLTIMA BROMA



Hoy me he despertado con la noticia en todos los periódicos de la muerte de Tom Sharpe. Sin embargo, yo sé que es mentira. Sharpe no ha muerto, Sharpe ha fingido su muerte como haría Wilt al simular el asesinato de su esposa. Ahora mismo me lo imagino tendido al sol en una de las inaccesibles calas de la Costa Brava muriéndose de risa ante tanto panegírico. Seguro que ha dejado una nota amenazando con que su cadáver se encuentra triturado, cual carne picada, en una de las muchas fábricas de butifarra de la zona y probablemente cuando vayan a incinerarle este fin de semana lo qué encuentren dentro del ataúd no sea más que un esperpéntico muñeco hinchable.  Tom Sharpe no ha muerto, es todo una broma macabra de las que tanto gustaba el escritor británico. El padre de Wilt no puede morir, adquirió la inmortalidad con aquella ácida y desternillante Reunión tumultuosa, su primera novela, antes de que inventara al descabellado Wilt y para mi gusto su mejor novela, llena de crítica social hacia el apartheid sudafricano y de un humor negro, en sentido literal y figurado, tremendo. Como muestra de su peculiar sentido del humor, tan british él, un fragmento de las primeras páginas de Reunión tumultuosa:

─ Acabo de asesinar a mi cocinero zulú─ gruñó la señorita Hazelstone.
─ Eso es lo que dije─ dijo Els, conciliatorio─. Que quiere usted informar de la muerte de un negro.
─ Yo no quiero hacer nada de eso. Le he dicho que acabo de asesinar a Cinco Peniques.
Els lo intentó de nuevo.
─ La pérdida de Cinco Peniques no constituye un asesinato.
─ Cinco Peniques era mi cocinero.
─ Matar a un cocinero tampoco constituye un asesinato.
─ ¿Qué es entonces un asesinato?─ La seguridad de la señorita Hazelstone en su propia culpa  comenzaba a tambalearse ante el diagnóstico favorable del Konstabel Els.
─ Matar a un cocinero blanco puede ser asesinato. Es improbable, pero puede ser. Pero matar a un cocinero negro no. Bajo ninguna circunstancia. Matar a un cocinero negro se considera defensa propia, homicidio justificado o eliminación de basura─ Els se permitió una risilla─ ¿Ha probado usted en llamar al departamento de higiene?─ preguntó.

Y esto es solo el comienzo de esta estupenda novela. No, Tom Sharpe no ha muerto, es otra broma de las suyas.