Cuenta Sergio Pitol en El Mago de Viena que leyendo a Alfonso Reyes descubrió un consejo del escritor escocés Tusitala, más conocido como Robert Louis Stevenson, para aquellos que desean comenzar en el obsesivo vicio del escribidor, una recomendación recogida en la Carta a un joven que desea ser artista. El método de Stevenson consiste en aprovechar al máximo nuestra natural capacidad imitativa, en ser más simios que nunca, en convertirnos en unos monos miméticos. El aprendiz de letras ha de afrontar las lecturas de los autores de su particular altar literario de una manera cercana a la disección científica. El placer esteta tiene su importancia fundamental en la lectura, pero cuando a uno le ha entrado el virus ansioso del escribidor la lectura se convierte en un ejercicio de aprendizaje. Uno lee, lee y lee y de manera consciente o inconsciente imita, imita e imita. Ese es el camino, ese es el método. Con el tiempo llegará la originalidad, que no es el hallazgo de lo nunca contado, sino el hallazgo de una manera personal de contar lo que ya ha sido contado una y mil veces. Leer, leer y leer, siempre leer. Lo demás ya vendrá o no.
lunes, 23 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)