¿Cuánto ocupa un poeta? Según Seix
Barral el poeta argentino Juan Gelman ocupa 13,3 x 23 centímetros y mil
trescientas veintiocho páginas. Al menos eso es lo que ocupa su poesía, al
menos su poesía publicada, la que el poeta quiere que leamos, todos sus versos
desde 1956 hasta 2010, casi nada. Toda una vida, ochenta y dos años, lleva el
argentino dándole al verso y a la lucha, toda una vida escribiendo poemas desde
que le diera por plagiar a Almafuerte cuando era un niño que quería conquistar
el amor de una jovencita, ella se fue, confiesa Gelman y yo me quedé con la poesía. Luego vino la necesidad del verso, un artículo de primera necesidad decía,
la poesía social sin recurrir al discurso panfletario, la huida del peso de Neruda.
Así llegó el tango que no es una forma de caminar, como diría Borges,
sino una forma de conversar según la definición
del propio Gelman. Más tarde tuvo que inventarse a Sidney West para poder seguir
haciendo versos, reinventarse antes de perecer. La lucha, la guerrilla, los
Montoneros, el exilio, la muerte de su
madre, la desaparición de un hijo, la recuperación de una nieta, la denuncia,
el rechazo del indulto por su pasado montonero, me están canjeando por los secuestradores de mis hijos y de otros miles
de muchachos que ahora son mis hijos, todo eso y más cabe en su poesía,
toda su vida, la vida que ha querido contarnos en tantos y tantos versos. Este
tipo de antologías suenan, a veces, a despedida, espero que no, espero que el
poeta tenga cuerda y ganas para rato y que la próxima vez que Seix Barral
quiera reeditar toda la poesía de Juan Gelman tenga que añadirle otras mil
trescientas veintiocho páginas, espero que este volumen titulado Poesía Reunida
sea como este otro que celebra el poeta:
En un libro de versos salpicado
por el amor, por la tristeza, por el mundo,
mis hijos dibujaron señoras amarillas,
elefantes que avanzan sobre paraguas rojos,
pájaros detenidos al borde de una página,
invadieron la muerte,
el gran camello azul descansa sobre la palabra ceniza,
una mejilla se desliza por la soledad de mis huesos,
el candor vence al desorden de la noche.
por el amor, por la tristeza, por el mundo,
mis hijos dibujaron señoras amarillas,
elefantes que avanzan sobre paraguas rojos,
pájaros detenidos al borde de una página,
invadieron la muerte,
el gran camello azul descansa sobre la palabra ceniza,
una mejilla se desliza por la soledad de mis huesos,
el candor vence al desorden de la noche.
(La victoria,
Juan Gelman)