La foto que encabeza esta entrada corresponde a un fotograma de la serie The Wire. En ella vemos a Renaldo, el novio de Omar (grande Omar), leyendo un libro titulado Drama City de un tal Pelecanos. Resulta que el tal Pelecanos es uno de los guionistas de la serie y el fotograma en cuestión es uno más de los numerosos guiños que hay en The Wire. Resulta que el tal Pelecanos es, además de guionista, escritor de novelas policiacas. En la serie hay numerosos guionistas, todos excelentes, pero resulta que Geroge Pelecanos es también un buen escritor (algunos dirán que hay otros buenos escritores en el equipo de The Wire, tengo mis dudas). Es otra de las grandezas de la serie de David Simon, todo lo que te descubre más allá de la trama argumental. Yo he comprado El jardinero nocturno, a precio de saldo, y la estoy disfrutando como un enano. Pura novela negra, sin más pretensiones. La leo y no sé si estoy en las calles de Washington o de Baltimore, no sé si el detective se llama Ramone o McNulty, eso a pesar de que no se parece en nada a The Wire, sin embargo, hay algo subterráneo que las conecta, algo que no tiene nada que ver con la trama ni el argumento, algo mucho menos tangible, quizá el hedor, el aroma de alcantarilla que se percibe en los decorados de fondo de ambas historias. La leo y la disfruto. Un motivo más para dar las gracias a The Wire.
Existe un pequeño y ameno libro titulado The Wire, 10 dosis de la mejor serie de la televisión, en la que entre otros colabora George Pelecanos. Él no se recrea en las experiencias al otro lado de la cámara, ni elabora tesis comparativas del producto televisivo con Homero, ni tan siquiera cuenta las experiencias vitales que ha vertido en las cinco temporadas de la serie. George Pelecanos escribe un relato policiaco, simple, redondo, es su aportación para hablar de la que dicen “la mejor serie de televisión”, no necesita decir más.
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