Hoy me he despertado con la
noticia en todos los periódicos de la muerte de Tom Sharpe. Sin embargo, yo sé que es mentira. Sharpe no ha muerto, Sharpe
ha fingido su muerte como haría Wilt al
simular el asesinato de su esposa. Ahora mismo me lo imagino tendido al sol en
una de las inaccesibles calas de la Costa Brava muriéndose de risa ante tanto
panegírico. Seguro que ha dejado una nota amenazando con que su cadáver se encuentra
triturado, cual carne picada, en una de las muchas fábricas de butifarra de la
zona y probablemente cuando vayan a incinerarle este fin de semana lo qué encuentren
dentro del ataúd no sea más que un esperpéntico muñeco hinchable. Tom
Sharpe no ha muerto, es todo una broma macabra de las que tanto gustaba el
escritor británico. El padre de Wilt
no puede morir, adquirió la inmortalidad con aquella ácida y desternillante Reunión tumultuosa, su primera novela,
antes de que inventara al descabellado Wilt
y para mi gusto su mejor novela, llena de crítica social hacia el apartheid sudafricano y de un humor
negro, en sentido literal y figurado, tremendo. Como muestra de su peculiar
sentido del humor, tan british él, un fragmento de las primeras páginas de Reunión tumultuosa:
─ Acabo de
asesinar a mi cocinero zulú─ gruñó la señorita
Hazelstone.
─ Eso es lo
que dije─ dijo Els, conciliatorio─.
Que quiere usted informar de la muerte de un negro.
─ Yo no
quiero hacer nada de eso. Le he dicho que acabo de asesinar a Cinco Peniques.
Els lo intentó de nuevo.
─ La pérdida
de Cinco Peniques no constituye un asesinato.
─ Cinco Peniques
era mi cocinero.
─ Matar a un
cocinero tampoco constituye un asesinato.
─ ¿Qué es
entonces un asesinato?─ La seguridad de la
señorita Hazelstone en su propia culpa
comenzaba a tambalearse ante el diagnóstico favorable del Konstabel Els.
─ Matar a un
cocinero blanco puede ser asesinato. Es improbable, pero puede ser. Pero matar
a un cocinero negro no. Bajo ninguna circunstancia. Matar a un cocinero negro
se considera defensa propia, homicidio justificado o eliminación de basura─
Els se permitió una risilla─ ¿Ha probado usted en
llamar al departamento de higiene?─ preguntó.
Y esto es solo el comienzo de esta estupenda novela. No, Tom Sharpe no ha muerto, es otra broma
de las suyas.
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