Paco Roca cuenta historias. Las
cuenta con trazos y grafos, en viñetas, con bocadillos y onomatopeyas. Algunos
lo llamarán novela gráfica, otros dirán cómic,
incluso habrá nostálgicos que usarán aquello de tebeo. Muchos pensarán que no es propiamente literatura lo que
hace Paco Roca, no son más que dibujos
afirmaran sentenciosos y orgullosos de su anquilosado sistema clasificatorio.
Son siempre los mismos, los fanáticos del encasillamiento, los devotos de los
géneros, etiquetadores compulsivos, aquellos que menosprecian todo lo que se
escapa a sus cajones de archiveros. Paco Roca cuenta historias, eso le convierte
en narrador, así de simple. Quien no esté convencido que lea (ese es el verbo
que usamos para los cómics: leer) Arrugas y podrá comprobar, con las
salvedades contemporáneas, como se trata de un producto “ajustado” a la poética
aristotélica.
Y si le gusta Arrugas que siga con cualquiera de sus
otros libros, por ejemplo con El invierno
del dibujante donde Paco Roca cuenta/narra/dibuja las condiciones laborales
y la escasa consideración que se tenía en los años cincuenta de la España franquista
por los historietistas. Una situación
que no ha cambiado mucho, aunque pensemos que sí.
Por cierto, si se plantea la
posibilidad de otorgar reconocimientos literarios como el Nobel de Literatura a ciertos
cantantes, ¿cuándo se reivindicará lo mismo para los autores de cómic?
Pues gracias por darme a conocer esta forma de lituratura (es que yo me había quedado años ha en Mortadelo, Asterix, Tintín... y hasta ahora vinculaba la palabra "cómic" con este tipo de personajes y superhéroes, ignorante de mi...)
ResponderEliminar"El invierno del dibujante" me encantó, y de hecho me abrió las puertas a una nueva forma de acercar la Historia (sí, con mayúsculas) al lector... A partir de ahora lo incorporaré como una opción más de atraer a mis alumnos de secundaria y bachillerato ;)
Nos quedan muchos cómics por descubrir, muchos, muchos.
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