Veinte años después de que la
revista Taboo sacará el primer
capítulo Planeta reedita este
maravilloso cómic: From Hell. Una
obra maestra dentro del género, si es que se la puede encasillar en un género.
¿Es un cómic? ¿Es una novela gráfica? Resulta difícil establecer las
diferencias entre lo que el mundo editorial considera cómic y novela gráfica. Personalmente
no creo que deba de establecerse dicha categorización, aunque existen
verdaderos tratados academicistas que intentan, basándose en supuestos intelectuales,
encontrar la fórmula por la cual justificar que unas historias contadas con
viñetas merecen su atención y otras no son más que simple entretenimiento. Pienso
que es un debate absurdo porque se puede encontrar la misma profundidad psicológica,
artística e intelectual en un tebeo de Batman
que en cualquiera de las obras firmadas por Moebius. El hecho de que un cómic aporte algo más allá del puro
entretenimiento depende de dos únicos factores: la intención del autor y los
ojos del lector. Entonces, ¿qué es From Hell?
Simple y llanamente una obra maestra. Una obra transversal que cruza los
límites genéricos, que mezcla el ensayo con la novela policiaca, el simbolismo
con la crítica social, el morbo con la reflexión, el entretenimiento con la
deconstrucción psicológica. From Hell
es un placer, un regalo, una inspiración de ese maestro del guión, barbudo y
melenudo, díscolo y contestatario, llamado Alan
Moore. Sin olvidarnos de los dibujos en negro de Eddie Campbell, perfectos para recrear el Londres de finales del
siglo XIX y producir un efecto incómodo y perturbador mientras nos vamos
adentrando en los truculentos y sanguinarios hechos ocurridos en Whitechapel. From Hell no es fácil de leer, lo siento
por aquellos que consideran que la lectura de un cómic es mucho más sencilla y
ágil que un mamotreto ruso al estilo Tolstoi.
From Hell es complicado, es duro, está
lleno de notas, de escenas incomprensibles, de dibujos insertados sin aparente
sentido. La historia que cuenta requiere ese complejidad, no por el morbo de
los asesinatos del primer psicópata convertido en estrella mediática, sino por
la metáfora sobre la decadencia de una sociedad que se plasma en cada una de
sus viñetas. Y cuando consigues terminarlo, con esfuerzo, porque lo bueno
siempre requiere un esfuerzo, dices: ¡Coño,
que maravilla!
Así que desde este blog animo a
cualquiera a que se dé un paseo por este inmenso cómic, como diría el propio Jack: “Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá
noticias mías y de mi gracioso jueguecito. Firmado: Jack el destripador, desde
el infierno.”
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