martes, 14 de abril de 2009

BERNARDO ATXAGA


Las novelas de Bernardo Atxaga son como txirimiri. Las leo, noto sus gotas lentas y agradables sobre mis neuronas, me gusta el tacto de esas palabras dulces, paseo bajo esa fina lluvia, bajo los mundos que Atxaga crea, me produce placer la humedad nada estridente de su prosa y me dejo llevar, sin paraguas, sin prevenir charcos, sin temor a mojarme. Sólo al terminar el paseo, al cerrar el libro, me doy cuenta de que estoy calado, empapado, mojado hasta el tuétano. Acaba de llegar a las librerías Siete casas en Francia. Acabo de comprar el libro. Me voy a dar un paseo, bajo el txirimiri. Me gusta cómo me empapa Atxaga.

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